A 4 Espuelas: La Casa de la Familia De Barros Rollano
La sociedad criolla "A 4 Espuelas" nos transporta al corazón de la historia de la familia De Barros Rollano, cuyas raíces se entrelazan con la rica tradición de la región de la frontera de Rivera.
José Julio de Barros Clemente, un militar portugués, llegó a Brasil por el puerto de Santos y desertó del ejército portugués para establecerse en las inmediaciones de la Cuchilla Negra, en la tierra de la Aurora, en Rivera. Allí adoptó el nombre de José Julio de Barros Viera y comenzó una nueva vida.
En 1881, José Julio contrajo matrimonio con María Joaquina Rollano, dando inicio a una familia que creció hasta contar con 11 hijos. A poca distancia de su hogar, en el mismo año de su matrimonio, construyeron un cementerio que aún se conserva como testamento de su legado.
La descendencia de los De Barros Rollano ha dejado una huella imborrable en la región. Sus miembros han incursionado en la política, el ámbito militar, el comercio, el periodismo y otras esferas, destacándose como figuras prominentes que han contribuido al desarrollo y la identidad de la comunidad.
A través de la recreación de la casa de la familia De Barros Rollano, "A 4 Espuelas" nos invita a explorar y celebrar la historia y el legado de una de las familias más influyentes de la región. Es un tributo a su memoria y una oportunidad para honrar su invaluable contribución al tejido social y cultural de aquellas tierras.
Representan a la Pulpería de la Estancia Los Orientales, dicha estancia está situada por Ruta 31, Km. 165, a 55 kilómetros de Tacuarembó, en el Departamento de Salto, Paraje Puntas de Arerungúa, erigiéndose en pionera del progreso comarcano.
La pulpería que además de tienda, almacén y despacho de bebidas, agrupaba a aquellos hombres francos y sencillos para intercambiar entre copa y copa, impresiones y noticias, narrar y oír sabrosas historias populares, comentarios y hechos más salientes del pago y también para disfrutar de aquellos magníficos Torneos de Taba y Trucos.
Esta pulpería era primitivamente por el año 1870 de paja y barro, sus puertas de cuero vacuno fueron confeccionadas en campos de don Feliciano Trindade, por el bilbaíno Baltazar Escobal, hoy en día continúa el Sr. Mario Escobal, bisnieto del Sr. Gerónimo Baltazar Escobal, con el casco y 405 hectáreas dedicadas a la ganadería. Dicha pulpería fue modificada hace muchos años pasando a ser sus paredes de piedra, techo de chapa y piso de baldosas.
Representan la Fundación de la Villa San Fructuoso
A poco de aprobarse la Constitución de 1830, un decreto presidencial del entonces primer mandatario Don Fructuoso Rivera dispuso la creación de una Villa que se ubicase en la seccional 5ta. de Paysandú sobre el Río Negro, con el objetivo de crear un puesto de avanzada que facilitara el control del interior de la República frente a la frontera con Brasil.
El presidente de la República encomienda la tarea de la fundación de la Villa a su sobrino, el Coronel Bernabé Rivera, quien emprendió viaje junto al escuadrón de caballería Nro. 1 de Línea, acompañado de las futuras familias pobladoras, carretas, pertrechos y caballada de reposición. En una primera instancia se pensó que el lugar adecuado sería la costa del arroyo Malo, pero se resuelve la ubicación en la margen derecha del río Tacuarembó Chico. El 27 de enero de 1832, al ser distribuidos por el Coronel Bernabé Rivera los primeros siete solares y la primera chacra, de acuerdo al plano del Agrimensor, se considera la fecha principal de la primera fundación de esta Villa, primer emplazamiento urbano al norte del Río Negro.
La actividad seleccionada dentro del proceso productivo, agropecuario es la esquila, se recrea un establecimiento ubicado en el paraje Mataojo, 12 Sección Policial de Salto, entre los años 1880 y 1890.
La integración de la familia propietaria de dicho predio se constituía de: Binicio Bordenava casado con Emilia Santana, su hijo Tomás Bordenave casado con Ana Sotto. Sus nietos: Emilso, Elida René y Pocha.
El galpón de esquila consistía en un rancho quinchado a dos aguas de paja, cerrado en tres de sus paredes con fajina de chirca sin embarrar y anexado al mismo un brete al frente.
Allí se esquilaban los ovinos sobre el piso de tierra cubierto de cueros vacunos para preservar el producto obtenido. La esquila era tradicional presentándose los ovinos maneados con maneas de cueros ovinos.
La comparsa de esquiladores estaba compuesta de: agarrador, esquiladores, levantador, atador, embolsador y cocinero.
Vestimenta principal: tiradores de cuero de oveja, polainas y vincha.
La lana era acarreada en un carro hasta el almacén de Pueblo Ramos para ser comercializada.
Se recrea el Establecimiento "El Cerro", de la 6ta. Sección de Tacuarembó de Galindo y Rúben Vazquez. Esta familia, como casi todas en el campo en esa época se autoabastecían.
Realizaron la cría de ovinos de lana fina de raza merino, también la de lechería y elaboración de quesos.
La familia además impulso la creación de una Escuela en el Pago.
CONCURSO DE COMIDAS
Mariángeles Maciel
María Zapata
Fernando Paz
TROPILLA
"Los Malvados"
"Los Gitanos"
FLOR DEL PAGO
Danna Olivera
JINETES
Oscar Suárez
Javier Silva
Felipe Becerra
Asdrúbal Da Luz
Fabián Luna
César Olivera
Martín Mendoza
Américo Montero
Representaron la Estancia "San Miguel" (fines del Siglo XIX)
El establecimiento se encuentra ubicado en el Paraje Lambaré, aproximadamente a cuarenta kilómetros al norte de la ciudad de Tacuarembó.
La familia propietaria del predio originalmente estaba constituida por el matrimonio integrado por Miguel Castrillón y Celestina Bastarreche quienes llegaron de España para afincarse en el establecimiento San Miguel a fines del siglo XIX.
Pido a los Santos del Cielo Que ayuden mi pensamiento; Les pido en este momento Que voy a cantar mi historia Me refresquen la memoria Y aclaren mi entendimiento."
- Martín Fierro