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Los 33 y Puntas de 3 Cruces

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Año 2024

Los 33 Puntas de 3 Cruces: Rescate del Puesto Jesuítico de San Marcos

La sociedad criolla "Los 33 Puntas de 3 Cruces" nos traslada al puesto jesuítico de San Marcos, fundado en el año 1701 en el paraje que hoy conocemos como Paso de Víctor, a orillas del arroyo Tacuarembó Chico.

A finales del siglo XVII, la "Vaquería del Mar" fue descubierta por faeneros de Santa Fé y Buenos Aires. Con el fin de preservar esta fuente vital de aprovisionamiento y evitar su agotamiento, los jesuitas establecieron estancias en la región. Según el relato del padre Silvestre González, alrededor de 300.000 reses fueron llevadas al norte durante esa época, distribuyéndose en las estancias de cada pueblo. En aquel entonces, todas estas estancias eran misiones jesuíticas.

Hoy en día, la estancia San Marcos yace en ruinas, pero gracias a la combinación de la situación actual del lugar y los documentos históricos sobre las construcciones jesuíticas, hemos logrado reconstruir parte de la edificación original.

Entre las estructuras reconstruidas se encuentra una casa principal con un oratorio, así como el rancherío donde vivían los indígenas junto a sus familias.

Esta representación no solo nos brinda una ventana al pasado, sino que también honra la rica herencia jesuítica que ha dejado una marca indeleble en nuestra tierra. Es un tributo a la tenacidad y el legado perdurable de aquellos que nos precedieron en la construcción de nuestra identidad nacional.




Año 2023

Se representa a una familia de la Estación Laureles, la cual fue referente para el pueblo y que además mantuvo siempre sus tradiciones y costumbres transmitiéndolas a otras generaciones.
La llegada del ferrocarril a la región norte del país, por el año 1892, fue un gran cambio para el medio rural, ya que hasta entonces los medios de transportes eran caballos, carretas y diligencias.

Luego de la implementación del ferrocarril se fueron formando caseríos y centros poblados asociados a las estaciones de trenes. La Estación Laureles era la única entrada al norte del departamento por la que ingresaban insumos agropecuarios de todo tipo, materiales de alambrado, así como también comestibles, vestimenta, combustibles, etc.
Además, era una salida importante en la producción agropecuaria: lana, cueros, ganado, cerda y plumas. Fue de esta manera que tuvo origen el centro poblado en el que se enmarcara la historia de nuestro fogón.

Generoso Núñez Olivera y Ana Rosa Ferreira Fros (hija de la primera familia del lugar) vivía con su familia en una estancia cercana, en el año 1919. Se instalaron en Estación Laureles, en un rancho a pocos pasos de la vía férrea y a escasos metros de la estación ferroviaria, con algunos de sus hijos.
La familia Núñez Ferreira fue referente en los servicios esenciales en localidad, ya que, aunque existían comercios, eran necesarios espacios para pastoreos tanto de caballos y tropas que se trasladaban en tren como también alojamiento para los pasajeros.

Fue así que la casa de la familia pasó a ser conocida como "La fonda de los Núñez" en lo que en la época se denominaba a una casa familiar donde se ofrecía comida y camas. Este lugar albergaba viajeros que llegaban a tomar el tren, funcionarios de AFE y otras personas que llegaban por trabajo.
Por otra parte, la edificación de la época constaba de una gran cantidad de edificaciones que no podremos representar debido al escaso espacio con el que se cuenta. La edificación estaba conformada por: Casa principal con sala, cocina, comedor y dormitorios de la familia. También un rancho donde se alojaban los huéspedes con dos habitaciones, un pequeño galpón, además un rancho donde guardaban quesos y productos de la charca, y un baño precario separado de la casa.

También había una cocina de personal e hijos varones, galpón para depósito de recados de los viajeros. Galpón para establo y guardar carros.
La construcción que representan es parte de lo mencionado anteriormente. Casa principal de la familia donde se encuentran la cocina y comedor, así como también el rancho donde se alojaban los viajeros.

También se destaca el fogón de los troperos, que era un lugar muy representativo del lugar, ya que se reunían troperos, hijos varones de la casa y viajeros, a intercambiar historias, relatos y supersticiones. Además, se generaban eventos típicos del medio rural como galopeadas o jineteadas de potros o tiradas de lazo, todas estas actividades hoy forman parte de la tradición uruguaya.

Las actividades tradicionales de la familia se mantuvieron hasta los últimos días de los hijos que vivieron en la zona y en el lugar. Algunos de ellos continuaron con la actividad de compra y venta de ganado, otros mientras se mantuvo el ferrocarril continuaron con la fonda y pastoreo, algunos también se dedicaron al transporte de mercaderías y correo desde la estación hasta localidades más alejadas del tren, llegando incluso hasta el este al departamento de Salto.
En tanto, algunas mujeres se dedicaron toda la vida a la costura.




Año 2022

Se representa a familias del poblado Las Cañas, Cañas o también conocido como Pueblo 33 en el año 1920.

El nombre Las Cañas proviene del Arroyo del mismo nombre que atraviesa toda la zona, sobre el nombre muy conocido como Pueblo 33 no se ha logrado ninguna explicación o datos concretos. Representan a algunas familias de este paraje. El mismo está asentado en un cañadón que baja por la ladera de la Cuchilla de Tres Cruces, con un paisaje muy particular por su geografía, pero a su vez muy aislado y con dificultad de acceso, ni que hablar a principios del siglo XX, el camino era una senda entre piedras y bañados. La comunicación con ciudades era el ferrocarril, donde las estaciones más cercanas eran Laureles a 25 km y Paso del Cerro a 35 km.

No se sabe con exactitud cómo surgió el pueblo, ni cómo llegó la gente a ese lugar, pero sí es considerado uno de los primeros rancheríos del país. Los primeros registros escritos oficiales fueron los documentos escolares, las primeras matrículas de la escuela datan de 1891, dichas fechas dan indicios de los orígenes del centro educativo.

El Pueblo "Las Cañas" es una localidad rural del norte del departamento de Tacuarembó que se caracterizó desde sus orígenes por familias numerosas, muchas veces muy conectadas por parentescos incluso entre parejas, y por otra parte, fue conocido en la región por un pueblo con muchos conflictos.

El fogón está compuesto por 4 ranchos pertenecientes a familias que habitaron en "Las Cañas" en torno al 1920 y los cuales aún tienen descendientes radicados en el lugar.

El apellido Mederos fue desde los orígenes y es hasta la actualidad de las familias más numerosas y representativas, por lo que se recrea el rancho de Antonio Mederos (nacido en 1857) y María Josefa Pintos. Ambos nacidos en Cañas.

Por otra parte, el rancho de la familia de Pacífico José Da Rosa (nacido en 1833) y su familia compuesta por su esposa Filibina Nuñez de Moraes, ambos de origen brasilero. Se radicaron en Cañas, donde tuvieron 4 hijos que no fueron a la escuela.

La principal fuente de ingreso de ambas familias eran las tareas rurales, en algunos casos en pequeñas fracciones de tierra propias, así como también changas en las estancias vecinas. La mayoría de las mujeres en esta época eran amas de casa.

Otro personaje investigado es Faustina Vargas (nacida en 1890) quien vivía en un rancho muy precario, madre soltera de 5 hijos, hasta que conoció y estabilizó una relación con Braulio Ribas.

Esta señora era una vecina muy apreciada por sus curaciones con benceduras, oraciones y recetas con yuyos del lugar. Pero su principal reconocimiento es por ser la partera (comadrona) de toda la gente de la zona, ambos servicios eran a voluntad.

Desde hace muchos años el contrabando era la manera en que ingresaban mercaderías desde Brasil. Se han encontrado documentos del archivo de José Gervasio Artigas del año 1806 con relación al contrabando en este sitio. Las secuelas de violencias y riesgo que generaba dicha actividad fue parte importante de la historia de Cañas.

Una representación no menor es la de uno de los almacenes de la época. Este era un espacio de referencia y reencuentros del lugar donde además de proveer de mercaderías, era donde se juntaba la gente para realizar diversas actividades como: juegos de azar y bailantas en los que muchas veces se generaban conflictos, duelos criollos y hasta relaciones amorosas.

Cabe enfatizar el significado de estos espacios, hasta la actualidad en dicha localidad los almacenes continúan siendo un espacio de reencuentro para las familias de la región.




Año 2020

Representan un puesto de Estancia de Santa Ana de Yapeyú.

Las construcciones son la capilla, el rancho principal donde se cocina y lugar común de la gente que vivía en el puesto, los dormitorios, galpón usado como depósito de cosecha, herramientas, utensilios varios, corral -lugar donde estaban los caballos prontos para cualquier ataque- algunas ovejas fundamentales para el uso de la lana para ponchos, imprescindibles para los inviernos más fríos que encontraron en la región.






Año 2019

Representan ranchos de una familia rural pobre de la zona "Cerro Solito", 2da. sección judicial del departamento de Rivera.
Esta familia, de apellido Martínez a finales del Siglo XIX, vivián de lo que cosechaban en el campo, y utilizaban el trueque de su producción para obtener los productos y herramientas que ellos no producían.





Participantes en los distintos concursos, año 2019

CONCURSO DE COMIDAS
Flordelis Leal

TROPILLA
"La Poca Cosa" Danilo Baucher

FLOR DEL PAGO
Tahinara Camacho

JINETES
Virgilio Bustamante
Facundo Mecias
Maicol Bonino
Washington Carballo
Matías Rodríguez
Nilo Gerardo Brol
Gonzalo Pérez
Cristóbal Albarenga


Año 2018

Representan a la familia Clarimundo Machado y Rosalía Cardoso Fioz. Esta familia ingresó a Brasil en la guerra civil de 1904, regresando a Uruguay en el año 1912. Se alojó en Costa de Lourdes, que fue donde el padre de Clarimundo tenía una chacra que fue ocupada por ellos. Tuvieron 13 hijos, 7 en Brasil y 6 en Uruguay.


Hay hombres que de su ciencia Tienen la cabeza llena; Hay sabios de todas menas, Mas digo sin ser muy ducho - Es mejor que aprender mucho El aprender cosas buenas."

- Martín Fierro