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Lazo Rienda y Boleadora

Invitadas
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Sociedad Criolla Lazo Rienda y Boleadora

En 1991 se constituyó esta aparcería criolla identificada con la actual ciudad de San Gregorio de Polanco, pero integrada además con vecinos de los parajes aledaños, Cerro Chato, Charata, Paso Hondo, Cañada del Estado y Carpintería. Su primer presidente fue Felipe Gastambide.

La sede propia se concretó en 1997, en el paraje Cerro Chato, en un viejo almacén y casa de familia conocido como de "Doña Guillerma". Su construcción conserva paredes de piedra y cuenta además con cantina, baños y un amplio ruedo.

Inició su participación como Sociedad Invitada, pasando a integrar la categoría principal desde 1995.


Año 2025

Lazo, Rienda y Boleadora: El Abrazo del Monzón

El Abrazo del Monzón es un evento histórico clave en la lucha por la independencia de la Banda Oriental, ocurrido el 29 de abril de 1825 cerca del arroyo Monzón, en lo que hoy es el departamento de Soriano. Este episodio marcó un punto de inflexión en la revolución liderada por los Treinta y Tres Orientales, consolidándose como un símbolo de unidad y estrategia en la lucha independentista.

A lo largo de la historia, el Abrazo del Monzón ha sido objeto de debate debido a las múltiples versiones que existen sobre lo sucedido. Algunos historiadores sostienen que Fructuoso Rivera fue tomado prisionero y forzado a elegir entre unirse a la Cruzada Libertadora o ser fusilado. Otros, en cambio, afirman que ya había pactado su adhesión a la causa. Lo único cierto es que ambos caudillos, Rivera y Juan Antonio Lavalleja, permanecieron reunidos a solas durante dos horas antes de salir juntos como aliados. Este encuentro representa un momento simbólico de unión en la lucha por la independencia y destaca cómo la estrategia política y militar jugaron un papel fundamental en la formación del país.

Fructuoso Rivera, quien había sido uno de los principales líderes de la lucha independentista junto a José Artigas, se había unido al bando portugués en 1820 y luego sirvió al Imperio de Brasil tras su independencia en 1822. Su deserción ha sido ampliamente discutida y politizada, pero su prestigio en la campaña lo convertía en una figura clave para atraer apoyo popular a la revolución.

Antes de la Cruzada Libertadora, Juan Antonio Lavalleja intentó contactar a Rivera desde Buenos Aires, pero este entregó las cartas al general Lecor, gobernador de la Provincia Cisplatina. Sin embargo, según algunas versiones, Juan Manuel de Rosas habría intervenido en secreto a través de Bernardina Fragoso, esposa de Rivera, para acercar a ambos caudillos.

El hecho es que el 29 de abril de 1825, en un rancho cercano al arroyo Monzón, se gestó el pacto de "compadres" que marcó un hito en nuestra historia. Diversos testimonios coinciden en que, en el Monzón, Fructuoso Rivera fue prisionero o víctima de una celada. En primer lugar, porque desde tiempo atrás había sido informado directamente del plan lavallejista. En segundo lugar, porque tenía conocimiento detallado del desembarco y movimientos de los cruzados, como lo evidencia una carta enviada días antes del encuentro a Félix Olivera. Como bien señala el historiador Arbelio Ramírez, "llama la atención que Rivera, con su experiencia militar, al observar las fuerzas que se acercaban, las confundiera con las de Calderón, las cuales, por ser fuerzas regulares, se suponía que portarían un distintivo que las diferenciaría de las heterogéneas fuerzas de Lavalleja".

Además, resulta extraño que un jefe del rango militar de Rivera se adelantara con una pequeña escolta para recibir, en un gesto casi complaciente, a las fuerzas que, siguiendo órdenes de fortuna, se le incorporaban. Este hecho refuerza la idea de que el encuentro fue más una estrategia calculada que un acto fortuito.

El Abrazo del Monzón no solo fue un momento decisivo en la lucha por la independencia, sino también un ejemplo de cómo la diplomacia y la astucia pueden ser tan poderosas como las armas en la construcción de una nación.




Yo no soy cantor letrao, Mas si me pongo a cantar No tengo cuándo acabar Y me envejezco cantando: Las coplas me van brotando Como agua de manantial."

- Martín Fierro